Ciclo menstrual y ovulación
Un ciclo menstrual normal es el mejor indicador de una buena salud general.
El ciclo menstrual representa una serie de cambios mensuales en el organismo de la mujer, surgidos a fin de prepararla para un embarazo. Cada mes, uno de los ovarios libera un óvulo.
Este proceso se denomina ovulación. Al mismo tiempo, una serie de cambios hormonales preparan el útero para un embarazo. Si la ovulación se ha producido, pero el óvulo no fue fecundado, la mucosa del útero (endometrio) se elimina a través de la vagina. Este proceso se llama menstruación.
El ciclo menstrual es el periodo comprendido entre el primer día de la menstruación y el primer día de la siguiente menstruación.
Aunque el promedio del ciclo menstrual, considerado como normal, es de 28 días, solo el 15% de las mujeres tienen un semejante ciclo. La duración del ciclo menstrual varía de una mujer a ora, el más frecuente siendo entre 23 y 35 días. Los cambios que influyen la duración del ciclo menstrual se producen, muy probablemente, durante la fase folicular, es decir, antes de la ovulación. Para la mayoría de las mujeres, la fase lútea, es decir, el periodo entre la ovulación y la menstruación, tarda entre 12 hasta 16 días.
El fenómeno de sangrado mensual se denomina menstruación, y la sangre y el tejido eliminado se llaman menstrua. Normalmente, la menstruación tarda entre 3 y 7 días. Unos días antes de la aparición de la menstruación, las mujeres tienen frecuentemente síntomas premenstruales, y los dolores menstruales normalmente aparecen en los primeros días de la menstruación. Ello es debido al hecho de que las hormonas hacen que el útero se contraiga y se libere de la mucosa uterina creada durante el ciclo menstrual anterior.
A partir del momento en el que comienza la menstruación, el sistema hormonal empieza a funcionar. Al inicio, la glándula pituitaria del cerebro comienza a producir la hormona foliculoestimulante (FSH). Ésta es la hormona principal que estimula los ovarios para producir óvulos maduros. En los ovarios, se albergan óvulos aún no desarrollados en unas bolsitas con líquido, denominadas folículos. FSH estimula aproximadamente 15 - 20 óvulos para desarrollarse y empezar a producir el estrógeno. En el primer día del ciclo menstrual, el nivel de estrógeno es muy bajo y empieza a aumentar a medida que los folículos se están desarrollando.
En el quinto día del ciclo, aproximadamente, (o inmediatamente que la menstruación llega a su fin), la glándula pituitaria comienza a segregar una pequeña cantidad de hormona luteinizante (LH). Ésta es la hormona responsable de la liberación del óvulo y la hormona identificada en las pruebas de ovulación que, al aparecer la segunda raya, indica el hecho de que la ovulación se produjo.
Una vez que los folículos comienzan a desarrollarse de forma normal, un folículo se hace dominante, y su óvulo alcanza la madurez, mientras que los otros folículos desaparecen. Al mismo tiempo, la gran cantidad de estrógeno del cuerpo asegura el engrosamiento del endometrio con sustancias nutritivas y sangre, algo necesario para asegurar el óvulo fecundado con todos los nutrientes y apoyo necesarios para desarrollarse, en caso de que la fertilización y la implantación se hayan producido. Los niveles superiores de estrógeno también se asocian a la aparición de los primeros signos de fertilidad: el moco cervical fértil, que crea un entorno propicio para el avance de los espermatozoides, se convierte cada vez más húmeda y abundante a medida que se acerca la ovulación. Es posible que usted lo note como una secreción fluida, lubricante y blanquecina. Los espermatozoides pueden nadar con facilidad en este moco y pueden sobrevivir en este entorno durante varios días. Si el cérvix sufre cambios específicos bajo la influencia del estrógeno y a medida que se acerca la ovulación, el cérvix está arriba, blando y abierto.
El nivel del estrógeno aún está creciendo y al alcanzar la cantidad máxima, provoca un crecimiento rápido de la LH, que hace romper el folículo dominante y hace liberar el óvulo maduro del ovario en la trompa uterina. Este proceso es conocido como ovulación y es aquí donde se termina la fase folicular. Normalmente, durante cada ciclo, se libera solo un óvulo. Éste está disponible para ser fecundado durante 12 hasta 24 horas. La ovulación se produce alternativamente entre los dos ovarios y es posible que la ovulación se produzca a pesar de que la menstruación no se produjo. Durante la ovulación, es posible que surja un leve sangrado.
Muchas mujeres piensan que la ovulación se produce en el decimocuarto día, pero este número representa un promedio y la mayoría de las mujeres ovulará en otro día del ciclo menstrual. El día de la ovulación también puede variar de un ciclo a otro. Algunas mujeres sienten dolor o calambre a la hora de ovulación, mientras que otras no tienen ninguna sensación y no manifiestan ningún otro síntoma.
Si tienes un ciclo menstrual irregular, un test de ovulación te puede ayudar a averiguar cuando tendrá lugar la ovulación. Estos tests evalúan el nivel de la hormona luteinizante (LH) de la orina y están disponible en farmacias sin receta médica.
Al ser liberado, el óvulo se desplaza a través de la trompa uterina hacia el útero. A partir de este momento, comienza la fase lútea. El óvulo puede sobrevivir hasta 24 horas. Los espermatozoides sobreviven más tiempo, normalmente entre 3 y 5 días, de tal manera que los días antes de la ovulación y el día de este proceso son los días más fértiles. En cuanto la ovulación se haya producido, la FSH disminuye súbitamente y bajo la acción de la LH, el folículo comienza a producir otra hormona: la progesterona.
La progesterona sigue permitiendo el engrosamiento del endometrio, en fase de preparación para un óvulo fecundado. Entretanto, el folículo vacío del ovario comienza a disminuirse; se transforma en un cuerpo lúteo (o cuerpo amarillo) y sigue produciendo progesterona. También comienza a producir estrógeno para ayudar a preparar el endometrio para un posible embarazo. En esta etapa es posible que surjan síntomas de tensión premenstrual (PMS), tales como el aumento de la sensibilidad de los senos, flatulencia, letargo, depresión e irritación. La progesterona también determina el aumento de la temperatura basal. Si el óvulo no está fertilizado, los niveles de estrógenos y progesterona se están disminuyendo. Sin las hormonas que la mantenían, la mucosa uterina espesada se descompone y el cuerpo la está eliminando.
En el periodo después de la ovulación hay que comer sano, liberarse de cualquier tensión y buscar métodos para relajarse y sostener la implantación con éxito en el endometrio del óvulo fecundado.
Preparación para la siguiente menstruación...
A medida que el folículo vacío se está disminuyendo, en el caso de que el óvulo no está fertilizado los niveles de estrógenos y progesterona se están reduciendo. Sin los niveles superiores de las hormonas que la mantenían, la mucosa uterina espesada empieza a descomponerse y el cuerpo la está eliminando. Éste es el inicio de la menstruación y del siguiente ciclo menstrual.
...o para el embarazo
Si el óvulo fue fecundado, éste se puede implantar con éxito en el endometrio. Normalmente, esta se produce aproximadamente una semana después de la fertilización. Tan pronto el óvulo fertilizado esté implantado, el organismo comienza producir la hormona del embarazo, gonadotropina coriónica humana (hCG), que mantendrá el cuerpo lúteo activo. Éste sigue produciendo estrógeno y progesterona para prevenir la eliminación del endometrio, hasta 12 semanas cuando la placenta esté suficientemente madura para mantener el embarazo.
La infertilidad puede estar causada por diferentes factores. El primer paso es que el médico prescriba una serie de pruebas diagnósticas a ambos miembros de la pareja. Los tratamientos de infertilidad pueden incluir fármacos o complementos alimenticios (como ProFecund) para mejorar la fertilidad, o procedimientos más complejos, como la fecundación in vitro, que consiste en extraer óvulos de los ovarios, fecundarlos in vitro y reimplantarlos en el útero.